Si estás leyendo este artículo es porque probablemente tengas algunos ahorros o estás empezando a ahorrar cada mes y quieres lanzarte a invertir tu dinero.
Lo primero que debes saber es que toda inversión tiene riesgo. Si alguien te promete grandes (incluso pequeñas rentabilidades) sin ningún riesgo, puedes desconfiar. Precisamente porque existe el riesgo existe la rentabilidad.
A continuación te pongo algunos ejemplos de como puede presentarse el riesgo en distintas formas de inversión.
- Riesgo de precio: por ejemplo compraste acciones de alguna pequeña empresa que finalmente no termina de arrancar y tienes que vender a un precio más bajo.
- Riesgo de liquidez: tal vez compraste un Bentley Classic, increíblemente valioso, pero en el momento de venderlo no encuentras a ningún comprador interesado.
- Riesgo legislativo: compraste un apartamento en una zona costera de Italia, pero cambia la legislación inmobiliaria y sufres un tipo impositivo más elevado que se lleva toda la rentabilidad de tu inversión.
- Riesgo de crédito: a lo mejor compraste unos bonos corporativos que finalmente son impagados o sufren un retraso en los pagos.
- Riesgo de inflación: puede que te hayas lanzado a comprar algunas participaciones en fondos de inversión mixtos y la situación económica no acompaña. Finalmente la inflación supera la rentabilidad que te daban esos fondos.
Por último, recuerda que nunca debes invertir en un producto que no entiendas. Por mucho que te lo recomienden, ya sea tu asesor financiero, un compañero de trabajo o el comercial del banco. Siempre debes ser capaz de entender el funcionamiento del producto y el origen de la rentabilidad.
En los próximos artículos hablaré un poco más sobre cómo funcionan las acciones, letras del tesoro, planes de pensiones, ETFs, fondos de inversión… y otros productos de inversión. ¡Nos vemos pronto!
¿Te ha gustado el artículo? Compártelo con alguien a quien pueda interesarle.